Page 11 - Holyland Catholic - Hispanic Edition 2017

Mateo 16:13–18: “Jesús se fue a la región
de Cesárea de Filipo. Estando allí, preguntó
a sus discípulos: «Según el parecer de la
gente, ¿quién soy yo? ¿Quién es el Hijo
del Hombre?» Respondieron: «Unos dicen
que eres Juan el Bautista; otros que eres
Elías, o bien Jeremías o alguno de los
profetas”. Jesús les preguntó: «Y ustedes,
¿quién dicen que soy yo?” Pedro contestó:
«Tú eres el Mesías, el Hijo del Dios vivo.»
Jesús le replicó: «Feliz eres, Simón Barjona,
porque esto no te lo ha revelado la carne
ni la sangre, sino mi Padre que está en los
Cielos. Y ahora yo te digo: Tú eres Pedro
(o sea Piedra), y sobre esta piedra edificaré
mi Iglesia; los poderes de la muerte jamás la
podrán vencer".
Los Manantiales de Banias, mediodía. Sobre
una solitaria piedra cerca del arroyo, un
damán se posa y observa. El tranquilo sonido
del gorgoteo del agua rodea a los visitantes.
Los rayos del sol brillan en las piscinas y
los fragmentos adornados de la columna
se encuentran silentes; si sólo pudieran
hablar y contar la historia de Banias. Pero
desafortunadamente, sólo podemos imaginar
el paisaje en ese preciso momento, hace casi
2000 años, cuando Jesús vino a este lugar
con sus discípulos.
En el borde suroeste del impresionante
Monte Hermón, emerge un manantial no
menos impresionante. Éste es el Manantial de
Banias, que alguna vez surgió desde dentro
de una caverna en el fondo del espectacular
acantilado. Junto a una importante carretera
que desciende de Damasco hacia la costa
de Sidón, el manantial atrajo a los visitantes ¿Ocurrió esta historia en la ciudad misma o en
desde el año 200 a.C. Aquí, se llevó a cabo
la batalla de Panión, entre los Ptolomeos y
los Seléucidas, los sucesores de Alejandro de
Manantiales Banias. Fotografías: Adi Peretz
Macedonia, una batalla que cambiaría la faz
del Medio Oriente en ese momento. Un gran
lugar sectario y multifacético creció alrededor lo consideraban un profeta, un curandero y
del manantial; aún hoy día se pueden ver los
restos de los templos que adornaban la zona.
La ciudad de Cesárea de Filipo se estableció
en el primer siglo de la era actual. A Filipo,
uno de los hijos de Herodes el Grande,
se le concedió la parte septentrional de la
tierra de Israel. Él ubicó su capital cerca
del manantial y le dio a la nueva ciudad un
nombre que honraba tanto a César como
a sí mismo. Justo antes del fatídico viaje de
Jesús a Jerusalén, donde sería crucificado,
Jesús y sus discípulos se alejaron a los pies
del Monte Hermón, a Cesarea de Filipo,
que se encuentra en Banias, una ciudad
aislada y tranquila. En Banias, Jesús pide a
sus discípulos que le digan quién creen que
Él es. Simón, sin vacilar por un momento,
respondió que Jesús era: ¡el Mesías! Esa
fue la primera vez que Simón le expresó a
Jesús esto en voz alta. Jesús, movido por el
hecho de que Él había sido revelado como
el Mesías, dijo a Pedro que él, Pedro, era la
piedra (Petros) sobre la cual Él construiría
la Iglesia. Jesús le concedió a Pedro las
llaves del cielo, designándole así como el
diseminador del cristianismo en el mundo.
Pero la concesión de las llaves del cielo no
terminó en celebración. Inmediatamente
después, Jesús le dijo a sus discípulos lo
que ocurriría en el futuro: Jerusalén, tortura, del siglo XIX. Una visita a la reserva de Banias
muerte y resurrección. Jesús predijo todo
esto en Cesárea de Filipo. Y eso es lo que de
hecho ocurrió.
algún lugar vecino? Eso no lo podemos saber.
Pero la atmósfera especial en toda esta zona
nos hace saber por qué se alejó Jesús, tan
lejos del mar de Galilea, que era su entorno
habitual para aquellos días. Jesús tenía
muchos seguidores para entonces, estos
un obrador de milagros. Él necesitó alejarse
de las masas y oír lo que su leal círculo de
discípulos le diría, y hacerlo sin distracciones.
¿Y por qué Banias? Banias en el tiempo
de Jesús era una ciudad llena de templos
paganos para toda clase de deidades,
incluyendo un templo para las cabras
bailarinas. El declarar Su divinidad y Su
futuro aquí, de entre todos los lugares, fue
simbólico; sería desde Banias que el mensaje
del cristianismo saldría al mundo, sobre esa
piedra, se construiría la Iglesia. Y podría ser la
misma piedra sobre la cual un único damán
se sienta y observa, quizás imaginando la
visita de Jesús.
Los visitantes de la reserva natural Banias
disfrutan de todo un mundo de experiencias.
Un lugar muy bien cuidado para pasear entre
antiguos templos, agua corriente, hermosa
vegetación ribereña y animales salvajes,
que incluyen jabalíes, salamandras, nutrias
y el atractivo damán. Un sendero conduce
al Palacio de Agripa II, bisnieto de Herodes,
quien embelleció la ciudad en la segunda
mitad del primer siglo de nuestra era. La
gran e imponente puerta de la ciudad de las
cruzadas todavía se puede ver, y cerca de la
corriente se encuentra un molino de harina
puede durar de una hora a un día entero;
algunos dicen que incluso una semana no es
suficiente para asimilar toda la naturaleza, el
paisaje y la historia de la reserva. Parece que
Jesús y sus discípulos sabían esto hace 2000
años, así que todo lo que puede hacer usted
es aceptarlo de ellos, y venir a ver este sitio
por sí mismo.
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